Thursday, January 13

sureste (1a parte)

El despertador, insaciable, colorea el amanecer de un gris pálido; en el mismo ocaso, manojos de luz se cuelan entre la persiana hasta tus ojos. Combustión espontánea al compás del ardor de un tango de madrugada. A empujones consigues poner los pies en el suelo, suelo que con los años se volvió más y más líquido. Cierras la mirada, expectante, sonrojado del placer que devuelve el café en tu garganta. El suelo arto, exhausto de tu maldita carga, se vuelve arena. La misma arena que acariciaba tus manos se cuela entre las oquedades de tu espalda. Lentamente te hundes. Despiertas tumbado, entre las piernas de tu mejor quimera. La utopía sabe igual que el mar con destellos de azafrán y estrellas. Nadando entre tiburones llegas a tu isla perdida. Vergel de sinsabores y bicarbonato. Esperas, sentado, hundido en el abismo de una manzana. El ocaso no tardará en llegar, llamará tres veces. A la misma hora millones de espirales cogerán un tren destino a Bordeaux. Mientras tanto Etienne lía su corbata preferida. El cajón ofrece a Sophie su mejor barra de labios. Ambos esperan con una rosa en la mano en la estación Gare d´Austerlitz. . .


quemando el éter Sit down. Stand up-Radiohead.